Regresé sobre mis pasos al corazón de Barrio Infierno. Hacía años, ya, que había decidido alejarme de aquel ambiente sórdido y humeante. Lo cambié por una vida regular sacando la basura, al perro y mis ganas de machacarle la cabeza al gilipollas de mi editor. Una noche, por descuido, metí al perro en el contenedor y puse la basura a mear contra una farola. Fue entonces cuando me di cuenta que la vida son círculos y que era hora de huir de aquellas rutinas que estaban acabando conmigo. Así que llevé mi cuerpo al “Whales Tabern” que más que el corazón, era el hígado de Barrio Infierno. El local no había cambiado nada, cosa que agradecí, seguía siendo un tugurio en blanco y negro donde los colores se difuminaban tragados por el luto de la desesperanza.
—Hola, Frank. ¿Whiskey?
—Hola, Ben. Doble.
—Mucho tiempo.
—Demasiado.
Ben había envejecido. Supongo que yo también. Pero sin duda él, más. El cuello almidonado de su camisa blanca le bailaba con holgura sobre la garganta, parecía una camisa prestada sobre un cuerpo en propiedad que resistía peor los lavados del tiempo. Ben había entrado en “Whales Tabern” de mozo de escoba. Lavaba escupideras y ayudaba a arrastrar cadáveres cuando la noche se animaba. Decían que él no perdió la virginidad, la cambió por su puesto tras la barra. Solo eran rumores. Qué demonios.
—Ben ¿Puedo preguntarte una cosa?
—Claro, Frank. Lo que quieras.
—¿Es verdad que pusiste el culo para ser barman?
Ben miró mi vaso al que le quedaba aún un trago. Cogió la botella tras el mostrador y me sirvió otra copa.
—A esta invita la casa, Frank.
—Nunca hice caso a esos rumores, Ben. Pero supongo que no hay forma de asegurarse si no es preguntando. Comprenderé que no me contestes, al fin y al cabo no es asunto mío pero ¿sabes?, la vida te enseña que hay pocas certezas. Ahora valoro las certezas. ¿Lo hiciste?
—Dime algo, Frank.
—Lo que quieras, Ben.
—Si te estuvieras ahogando y no supieras nadar ¿cogerías el flotador que alguien te lanzara para seguir vivo?
Ben era un buen barman. Sabía de memoria las bebidas de sus clientes. Sabía mantener las distancias hasta que estas se hacían demasiado cortas como para continuar callado. Sabía iniciar una conversación y sabía acabarla.
—Bueno, Ben. Supongo que depende.
—¿De qué, Frank?
—¿Era grande el flotador?
—Siempre fuiste un cabrón, Frank.
—Yo también me alegro de verte, Ben.
La verdad se empieza a entender cuando comprendemos que este mundo es efecto y no causa. El tiempo solo tiene sentido en un mundo donde las cosas cambian o terminan, pero si no existe el tiempo, entonces tampoco existe el mundo donde tiene sentido: este mundo.
3
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Translate
Etiquetas
- relato (70)
- reflexiones (52)
- poesia (32)
- divagaciones (20)
- foto relato (14)
- humor (11)
- cuento (9)
- relato del mundial (8)
- barrio infierno (6)
- vitrinas (5)
- musica (3)
- erotico (2)
- para niños (2)
- Minirelato (1)
- relato; certamen del olivar; olivo (1)
Hay tres grandes misterios: el agua para los peces, el aire para los pájaros y el ser humano para sí
- Relaciones de amor-odio por E. Tolle
- El principio (por Andrés Rguez de MenteUno)
- El arte de la comunicación. Artículo de MenteUno
- Samadhi (I)
- Samadhi (2)
- El despertar de la mente
- Espejos (por Marta Salvat)
- Relaciones de pareja felices (por A. Rguez)
- Niveles de conciencia por Ken Wilber
- Matar a los padres (por A. Rguez)
- Los niveles de conciencia
Cosas que me gustan
-
Tanto la amaba que la rodeó con sus brazos y, en nombre del mismo amor, apretó tan fuerte que ella desapareció en su interior. Se encontró...
-
Dime, ¿qué es el Ser genuino ? Es ser uno mismo. ¿Y qué significa? Ser uno. Es no ser más de uno. Date cuenta. ¿Quieres decir que cuando s...
-
Bajo la encina de un bosque que no existe, no estoy sentado a la sombra de un día soleado. Tampoco hojeo un libro. Ni escucho los sonidos de...
-
Dime, ¿cuando sueñas, hay otros en tu sueño? Nunca. Todo lo que sueño lo crea mi mente. No hay otros. Entonces: ¿todos eres tú? Sí. Bien...
-
A m í , el fin del mundo me pill ó cagando. S é que puede parecer una indignidad decirlo, pero yo ya estoy acostumbrado. Me contaron que...
-
Compré un tacote de notas para oficina, grueso, de 500 hojas cuadriculadas con márgenes arriba y abajo. No sabía para qué. Realmente, nece...
-
—Pero, hija. No te lo tomes así. —¡Claro, para ti es fácil decirlo! —los sollozos ahogan momentáneamente su protesta. Se echa las manos a la...
-
la calle del amor es sin duda, la más cara también es la más difícil donde caer. Sin embargo, tiene la ventaja de que puedes cambi...
-
Tener una buena conversación exige mostrar nuestra vulnerabilidad y, en ese honesto intercambio, tener permiso de acceso a la contraria. Las...
Lo que más os gusta
-
Estaba distraído jugando a pintar de colores un árbol. Era premeditado. Te disfrazaré de arco iris —pensó— serás la envidia del bosque, ún...
-
Elly sol í a contarme un curioso cuento sobre gorriones. Acostumbraba a llevar un delantal sobre medias de fantas í a y tacones muy altos ...
-
Para quien no conozca el Savoy, os diré que es uno de esos sitios donde tu madre no dejaría que fueras aunque te bañaras en agua bendita y...
-
Hoy vengo a matarte, noche a enseñarte el reflejo de mi daga a buscarte aunque te escondas ya no verás más el alba Te escucho...
Algunas veces escribo para revelar lo que hay en mi mente.
Y otras escribo al dictado de ella.
No pido que lo creáis.
Pero cuando leáis, si leéis, sospechadlo.
Mundo dormitorio
Y aquello?
Oh! Es mundo dormitorio.
Y qué hacen?
Allí todo el mundo duerme.
Qué maravilla, no?
No creas. Tienen sueños horribles la mayoría del tiempo.
El silencio no es la ausencia de sonido sino la ausencia de ego.
"No es que el Universo sea más extraño de lo que imaginamos, es que es más extraño de lo que podemos imaginar" W. Heisenberg.
Quién soy?
Me gustó mucho, especialmente los diálogos. Muy gráficos.
ResponderEliminar