La quemazón en la piel por las decenas de picaduras era insoportable. El tiempo parecía eterno en un sufrimiento sin par. Por ello, cuando empezaron a desollarlo agradeció ese nuevo dolor en otras circunstancias horrible, pero que en la suya le pareció alivio.
Y por un momento creyó haber encontrado la felicidad.
Feliz Navidad!
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