Las apariencias cambian. Y por eso engañan porque, a veces, parecen una cosa, y otras, otra.
Las apariencias son ilusiones. Por eso pueden cambiar. Y cambian una ilusión por otra. Las ilusiones te engañan porque creías en ellas cuando parecían una cosa, y sigues haciéndolo cuando cambian a otra.
La realidad nunca cambia. Siempre es lo mismo. Por eso es real. Es la diferencia entre algo que es real y algo que parece real.
Por ello somos lo que no cambia en nosotros. Somos lo que permanece.
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