Y eso ocurre porque la vida cansa.
Cansa el destino que nos hemos impuesto a nosotros mismos: sostener mentiras para que parezcan que no son mentiras.
Y eso cansa.
Porque en el momento que dejas de sostenerlas, se caen. Se diluyen como el azúcar en el café.
Crees que eres el dueño de tu destino. Crees que el otro es distinto a ti. Crees que tu tiempo se acaba. Crees en la solidez de la vida. Crees tantas cosas…
Y cada una tiene un peso que tú sostienes.
Ahora puedes entender, por primera vez en tu vida, el verdadero significado de la palabra libertad.
Estos días he tenido una experiencia que me ha llevado a pensar muchas cosas y están relacionadas con este texto. Mi madre. Creo que no es ella. Me he encontrado a una anciana que no es ella. No sé si está cansada de la vida. Pero tengo claro que nunca fue libre.
ResponderEliminarPronto lo será.
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