jueves, 26 de agosto de 2010

Historia de un silencio


Si estas palabras que escribo
no hubieran muerto en mi boca
que entre dientes apretados
las dejaron sin nacer.
Si sin oírme me hubieras oído
cómo esculpía tu cuerpo en roca
imaginando en él mis manos
andándote despacio, sin correr.


Si no estuviera prohibido
por esta razón que se ha vuelto loca
te hubiera envuelto en un abrazo
para que hubieras mirado mi querer.

Si mi silencio hubiera sido grito
si el mar crece cuando un río se ahoga,

hoy te vi más guapa que nunca
y me callé palabras,

y me ahogué en tu sombra.

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