lunes, 30 de agosto de 2010

Non cuitas paraverum

A la rata —explicó el Nini— no se la puede envenenar, pues entonces no se la puede comer y si te la comes andarás con cagalera tres días con sus tres noches y si no comes sopa de hinojo arrancado a la luz de la luna se te echará la sangre a perder y se te volverá negra. A la rata hay que matarla de un solo golpe debajo del hocico, hundiéndole los dientes que le crecen sin parar y se comunican directamente con la cabeza, al hundirle el hocico le matas el cerebro y se queda con la sangre aún circulando por el cuerpo, así duran frescas seis horas. Esa es la forma de matar una rata.

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