miércoles, 19 de marzo de 2025

Enterrar al niño

 


Hacerse adulto no es sustituir al niño. 

Tu inocencia es la que sufre. Ahí es donde aún eres un niño. Ahí reside tu parte vulnerable pero también tu alegría. 

Creo que hacerse adulto no debería implicar enterrar al niño. Debería proteger al niño. El niño teme que su perro muera porque cree que en el perro reside su alegría al pasearlo y jugar con él, la compañía que siente cuando se recuesta a su lado, lo incondicional del amor. 

Sin embargo, el adulto sabe que el perro morirá porque es mortal. El adulto comprende que todas esas cosas que parece sentir no proceden del perro. Le pertenecen a él. Y el perro solo es la inocencia que encuentra donde proyectar todo eso que procede de su propia inocencia. 

Y cuando el perro muera, él seguirá conservando alegría y ganas de amar. Y buscará otra excusa para dejar salir aquello que lleva consigo.

El niño siente y te hace feliz. El adulto que crece en ti puede proteger al niño y, por tanto, proteger tu alegría. 

No entierres al niño. 


lunes, 10 de marzo de 2025

Realidad

 El testigo solo observa. 

No obstante, nos perderíamos la película si solo hiciésemos este análisis. El que parece acontecer al ver a alguien en observación, pues esta va mucho más allá.

Lo observado es la clave. Así, cuando el observador solo se presta a testificar lo que acontece, seremos testigos de la disolución de aquello que se observa: un pensamiento, una emoción, una situación, palabras que el viento se lleva...

La pregunta correcta es ¿Por qué se disuelve, por qué aquello que es observado y no alimentado con un juicio, otro pensamiento, o de cualquier manera...no persiste?

La respuesta es la vacuidad de la impermanencia. La naturaleza inherente a todo aquello que cambia o desaparece (que es un cambio) es vacuidad. Y solo por eso puede disgregarse. Porque no es real.

Pero si cogemos algo que lo es, el silencio interior por ejemplo, ello no desaparece. Es real. Y siempre es lo mismo. Es inmutable. 


El silencio puede ser velado, pero no disgregado.

Todo lo que no es real desaparece si no es alimentado.


Por ello, observa sin implicarte en lo observado. Lo que no es real desaparece. Lo que quede, es lo real.