lunes, 29 de abril de 2024

Hablar


 Dime, ¿para qué dialogamos?

Para extendernos en el diálogo. Es decir, hablamos y construimos un mundo de palabras por donde caminamos juntos.

¿Siempre que hablamos sucede?

No. Solo cuando compartimos algo que es real, sucede. Solo lo que es verdad puede ser compartido.

¿Y si no es así?

Entonces no compartimos. Entonces luchamos.

¿Por qué luchamos?

Por tener razón. Por sacar ventaja. Por buscar testigos que nos reafirmen en nuestras creencias. 

¿Y eso no es compartir?

No. Eso es pensar que solo cuando el otro pierda algo, puedo yo ganar algo. Si me das la razón, tú estás equivocado. 


¿Qué es comunicarse, pues?

Comunicarse es cuando el resultado es mayor que la suma de las partes. Comunicarse es unirse. Y unirse, amar. 


viernes, 26 de abril de 2024

Cuando la vida cansa



 Dime, ¿qué es vivir?

Vivir es estar satisfecho. 

¿Tú lo estás?

No. 

Entonces, ¿vives?

No. Sobrevivo. 

¿Cual es la diferencia?

Sobrevivir es agotador. La vida cansa. Esto no ocurre cuando estás satisfecho, entonces la vida es gozo. No cansa. 

Quieres decir que vivir o no, se identifica por el resultado. 

Eso es. 

Gracias. 


lunes, 22 de abril de 2024

Esto es todo

 


Dime, ¿qué podemos dar por cierto?

Lo único cierto es lo que permanece. 

¿Está a nuestro alcance?

Solo si formamos parte de ello. 

Pero este cuerpo morirá. ¿No es ello prueba de nuestra impermanencia?

No, solo prueba que el cuerpo lo es. 

Dices que tú no eres el cuerpo. Entonces ¿quién eres?

El que construye al cuerpo. 

¿Por qué construirías algo que no existe?

Porque quiero hacerlo cierto. 

Comprendo. Piensas que puedes elegir quien eres. 

¿Y no puedo?

Uno crea hacia afuera. No puedes crearte si no existes antes. Lo único que puedes intentar es hacer un muñeco y ponerle tu nombre. 

El cuerpo, sí. 

Pero ese no eres tú. Es un juguete que no existe porque lo construyes sin darle tus atributos. 

¿Y por qué hago eso?

Se te ocurrió una idea. Se te ocurrió que a lo mejor lo permanente tenía su opuesto. 

Es una idea interesante. 

Es una idea absurda. Lo que es, solo puede tener un opuesto: lo que no es. Y lo que no es, es nada. 

jueves, 18 de abril de 2024

Ahí afuera

 


Dime, ¿cuando sueñas, hay otros en tu sueño?

Nunca. Todo lo que sueño lo crea mi mente. No hay otros. 

Entonces: ¿todos eres tú?

Sí. 

Bien. ¿Y cuando despiertas? ¿Hay otros en la vigilia?

¿Te refieres a si estoy hablando ahora contigo?

Sí. 

Tú eres un océano de matices. Tus preguntas, aunque surjan de tu voz son interpretadas por mi. Yo elijo, pues, lo que quiero ver de ti. 

¿Y cómo haces?

Me quedo con lo resuena en mi. 

¿Y cómo sabes?

Porque identifico en ti lo que soy. Me quedo de ti lo único que conozco: a mí. 

Entonces: ¿Estoy aquí?

No. No hay nadie ahí afuera. 


lunes, 15 de abril de 2024

Libre


 Dime, ¿qué es la libertad?

Elegir. 

Bien, ¿y cuando eliges, qué conlleva?

Responsabilidad. Tú has elegido. 

Bien, ¿y qué más?

Duda, ¿habré elegido bien?

¿Y cómo saberlo?

Por cómo te sientes. Por cómo te hará sentir. Por cómo terminarás sintiendo. 

Bien. Y dime: si el resultado no te gusta ¿qué podemos hacer?

Bueno, supongo que seguimos siendo libres, podemos elegir de nuevo. 

¿Y qué harás con lo viejo?

Agradecer. Por haberme mostrado mi error. 


domingo, 14 de abril de 2024

Tiempo

 


Si el tiempo existiera deberíamos poder agarrar un instante. Ya sabéis, eso que separa el pasado del futuro. La frontera entre ambos, por explicarlo de alguna manera.

Pero ¿dónde está el instante?
Muchos responderéis en baja voz: “en el ahora”
Pero basta mirar el ahora, pensar en él a la velocidad del pensamiento y… ya no está.
Fue.
Es curioso ¿no? Afirmamos que el tiempo existe y nuestra referencia suele ser el PASADO que ya no está. O el FUTURO que aún no ha sido. O el PRESENTE que no puede ser pensado.
El tiempo… ¿Dónde está el tiempo?

jueves, 11 de abril de 2024

Cuando dices

 Si hablas 
no hables de ti. 

Pues si hablas de ti, 
hablas de nada. 

Si hablas
apártate a un lado
para que solo quede lo hablado. 

Solo hablas,
cuando te olvidas de ti. 



Un corazón olvidado

 ¿Dónde acabó la sonrisa de tu rostro? ¿El alma sin tu pena? ¿La canciòn que te encantaba? ¿Dónde quedó lo bonito de tu vida? ¿Las promesas que te hiciste? ¿Los cuentos de amor que te contastes? 

¿Cómo pudo desaparecer todo?

¿Por qué cuando solo queda morir, no nos morimos?

¿Por qué cuando te olvidaste de tí, te empeñas en recordar lo que nunca fuiste en tu pasado?

(a mi madre)

lunes, 8 de abril de 2024

Tres actos y un poema

 ACTO PRIMERO: El miedo.





Dime, cuando tienes miedo ¿Qué temes?

Enfermar, sufrir, al dolor, morir…

Todo ello está relacionado con el cuerpo. Déjalo a un lado ¿Qué temes?

A que todo lo referido le ocurra a otro cuerpo. Uno que me importe. 

Quieres decir a la pérdida de un ser querido. 

Eso es. 

Podríamos decir, por lo tanto, que el problema del miedo es inherente al cuerpo físico. 

Sí.

Es decir, que el miedo acompaña al cuerpo. Como una sombra que no depende de luces y te sigue incluso entre sueños. 

Cierto. 

Pero ¿Y si no fuéramos este cuerpo, qué pasaría entonces con el miedo?

ACTO SEGUNDO: Causa y efecto.


Dime: ¿Puede existir un efecto sin causa?

No, maestro. 

¿Y puede influir, de alguna manera, un efecto en su causa?

No. La causa provoca el efecto. Sin causa no existe el efecto. Hay, por tanto, una servidumbre del efecto a su causa. 

Bien, así es. Y dime: ¿Cuál es la primera causa?

La primera causa es aquella que no proviene de ningún efecto. Todo efecto se convierte, una vez manifestado, en causa. Así, el trueno es efecto del rayo pero su sonido es causa del alboroto de los estorninos. 

Todo efecto, pues, procede de una causa. Es una cadena sin fin pero con principio.

Sí.

TERCER ACTO: El cuerpo.

Dime: ¿Puede el cuerpo curar a la mente?

No. La mente cura a la mente. 

Bien, dime: ¿Puede curar la mente al cuerpo?

Sí. El efecto placebo lo demuestra. 

Es decir, la mente puede curar al cuerpo pero este no puede curar a la mente. 

Asi es, maestro.

¿Qué significa?

No lo sé.

Significa que la mente es más poderosa que el cuerpo. Y como ambos están relacionados, significa que la mente es causa y el cuerpo, efecto.

¿Quiere decir, que la mente crea al cuerpo?

Sí.

Pero entonces, somos mente y no cuerpo.

Somos mente manifestada en un cuerpo.


Si el cuerpo guarda al miedo.

Y no somos cuerpo.

¿Dónde queda el miedo?




miércoles, 3 de abril de 2024

El nombre de las cosas


Imagina un árbol. Pero hazlo antes de que fuera nombrado por vez primera. Dime
.

¿Qué le hace el nombre al árbol?

Lo determina.

Bien. ¿Y el árbol al nombre?

Le da significado. 

Bien. Imagina ahora muchos árboles ¿Qué ves?

Un bosque.

Un bosque es la totalidad ¿No?

Sí, un bosque es la suma de todos los árboles. 

Bien. ¿Si le quito un árbol al bosque, sigue habiendo bosque?

Sí.

¿Cuántos árboles debería quitar al bosque para que desapareciera?

No sé. ¿Todos?

Entonces, ¿un árbol es un bosque?

No.

Entonces…

No sé. No sé a partir de cuántos árboles hay un bosque. 


Entonces, un bosque no da significado a la palabra. 

Creo que no.

¿Y la palabra, determina la palabra al bosque?

Tampoco. No sé dónde empieza ni dónde termina un bosque.


Pero entonces. ¿Qué ocurre? El nombre determina lo nombrado. Lo hemos visto con el árbol. Yo lo nombro y tú lo imaginas. Está pues determinado. ¿Qué pasa con el bosque?


Pues ¿que no existe?

Bravo. 

¿Y qué significa?

Que el todo no es la suma de sus partes.


¿Y entonces, qué es el todo?


Eso, es otra conversación.